jueves, 4 de diciembre de 2008

Coco Chanel

Gabrielle "Coco" Chanel (Saumur, Francia, 19 de agosto de 1883 - París, 10 de enero de 1971) fue una revolucionaria diseñadora de modas y creadora de perfumes francesa. Su verdadero nombre era Gabrielle Bonheur.
Situaciones muy dispares hicieron que su vida quedase marcada por la pobreza, el abandono, el amor, la genialidad y la fama.

Hija de un vendedor ambulante y de un ama de casa de escasos recursos, Gabrielle Chanel nació en un hospicio de Saumur, el 19 de agosto de 1883. En permanente situación de escasez, sobrellevó a duras penas sus primeros años de infancia junto a sus cuatro hermanos.

Cuando tenía doce años, su madre murió víctima de tuberculosis y el padre se desentendió de ellos, enviándolos al condado de Auvergene, al cuidado de dos tías que tenían un orfanato. Por eso, su partida de nacimiento está registrada ahí con fecha de 1893.

El abandono de su padre, la muerte de su madre y la soledad espiritual marcaría para siempre la actitud de Cocó hacia la vida: «Durante mi infancia sólo ansié ser amada. Todos los días pensaba en cómo quitarme la vida, aunque, en el fondo, ya estaba muerta. Sólo el orgullo me salvó».

Con las tías del orfelinato, Gabrielle aprendió a coser y manejar el hilo y la aguja con especial habilidad, lo que hizo que, a los 17 años, las monjas del orfanato de Aubazine le consiguieran un empleo como costurera.

De una gran personalidad, con belleza sensualmente discreta, femenina y menuda figura, pelo corto casi varonil, nada la detuvo cuando en 1905 resolvió convertirse en cantante de un cabaret, oficio que desplegó por tres años y que la introdujo en el mundo de divertimento y las relaciones sexuales pasajeras. De estas relaciones Coco Chanel esperaba obtener dinero para su gran sueño: ser una renombrada modis.

Su sobrenombre de Coco, diminutivo utilizado para mascotas, se podría deber a la actitud sexual que asumió en el ejercicio de la prostitución, aunque otros dicen que la llamaban así las tías que la cuidaron, y otros aseguran que surgió como una suerte de nombre artístico, a partir de las melodías que entonaba.

De la mano de uno de sus primeros adinerados amantes partió a París, y así en 1909 se instaló en un pequeño departamento en el Boulevard de Malesherbes donde rápidamente abrió su primera tienda de sombreros, Modas Chanel.

Siempre apoyada económicamente por sus clientes de cama, unos años más tarde se instaló en localidades que frecuentaban los ricos: Deauville, Normandía, (1913) y Biarritz (1916). En 1920, instaló en París, en la Rue Cambon, su primera Casa Chanel.

Guiada por su espíritu libertario Coco no tuvo complicaciones para vincularse con adinerados hombres de la sociedad europea ni con estrellas del cine. Ocultó además celosamente su humilde pasado mintiendo sobre sus orígenes.

Fue el playboy Etienne Balsan quien la colocó con su tienda de sombreros, pero su vínculo con el amigo de éste, el socialité y jugador de polo inglés Arthur "Boy" Capel, fue lo que posibilitó su despegue. Chanel se enamoró perdidamente de Capel y se escapó con él.

Chanel nunca se casó con Capel y éste se casó por conveniencia (debido a su origen judío) con otra mujer de alta alcurnia, pero mantuvo a Chanel como amante. Él murió tempranamente en un accidente automovilístico; Coco llegó al lugar y lloró amargamente la pérdida de su benefactor, quizás el más importante. Ningún otro hombre ocupó su lugar por un tiempo prolongado. Estuvo mucho tiempo recluida en su departamento antes de superar un tanto su frustración por no haberse hecho con su fortuna.

El legado de Balsan y Capel la convirtieron en la gran dama de la moda, y además pretendida por muchos aristócratas. Uno de ellos fue el Duque de Westminster del que rechazó una propuesta de matrimonio, pero no sus sábanas. «Ha habido muchas duquesas de Westminster, Chanel hay una sola», fue su explicación.

Se codeó con grandes artistas, escritores y artistas contemporáneos como Ígor Stravinski el ruso Diaghilev, George Bernard Shaw y Jean Cocteau. Todos vieron en ella a una de las pioneras del feminismo, dispuesta a romper fórmulas y esquemas. Stravinski se enamoró perdidamente de ella, pero tuvo que conformarse con ser su amigo. Fue él quien le presentó al conde Dimitri de Rusia, con quien tuvo un apasionado romance.

Observadora innata, la estricta moda aplicada sobre las mujeres -que usaban grandes sombreros cargados de pieles de animales y flores, corsé y recargados diseños- la hizo desplegar toda su imaginería hasta convertirse en una de las grandes diseñadoras del siglo XX, tan trascendental como Christian Dior y otros grandes que la siguieron. Coco eliminó la moda recargada que imperaba, diseñando prendas muy sencillas, muy cómodas, de líneas rectas, pero con un toque de alta distinción; su moda fue rápidamente adoptada por el encumbrado público parisino. Su frase más célebre fue: «Todo lo que es moda pasa de moda».

Pese a los años de recesión, en 1931, el magnate hollywoodense Samuel Goldwin la contrató por un millón de dólares para que vistiera a sus grandes musas del celuloide como Katherine Hepburn, Grace Kelly, Elizabeth Taylor y Gloria Swanson.

Coco marcó la pauta de la moda durante los «locos años 20», pero ni siquiera su pasado como enfermera durante la Primera Guerra Mundial, pudo impedir que su reputación cayera por los suelos durante la Segunda, conflicto que la golpeó en todos sus frentes.

En 1954 y con 71 años, reabrió su casa de moda, pero ya otros diseñadores de renombre se habían instalado en su trono. Se mantuvo al frente de la firma con un extraordinario dinamismo y adaptándose a las diversas tendencias que recorrían el mundo.

Aun así, logro imponer el clásico toque de sencillez y elegancia que la caracterizaba. Se adentró además exitosamente en el campo de los perfumes, haciendo especialmente famoso el perfume Chanel número 5.

Pero su vida solitaria dominada por la artrosis y la morfina, terminó en forma tan impredecible como la vivió. El 10 de enero de 1971, sola en su departamento ubicado en el hotel Ritz, con vista a la Place Vendome, y a los 87 años.

Chanel había salido a pasear y cuando volvió al hotel se sentó a ver televisión mientras le preparaban la cena. Con ella estaba su sirvienta personal. Chanel la hizo apagar la tele, se echó en la cama un rato y de repente llamó a su sirvienta a socorrerla. La sirvienta cogió una aguja y mientras la retiraba Chanel dijo "así es como se muere". Chanel fue enterrada en Suiza.

Aun así siguió siendo una mujer influyente y creativa, dispuesta a mantener con todo su máxima: la libertad de movimiento. Su cuerpo yace en Lausanne, Suiza, resguardado por cinco leones de piedra.

Actualmente la casa de moda Chanel sigue funcionando a todo ritmo siguiendo la moda más actual a mano de Karl Lagerfeld.

La senda que señaló Coco Chanel permanece como un referente en muchos diseñadores actuales.

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