martes, 28 de octubre de 2008

Christine


Había nacido en Detroit... en una línea de montaje de automóviles. Pero no es un coche cualquiera. En el fondo de su chasis se aloja el mismísimo diablo. Es Christine -un Plymouth Fury de 1958-, rojo y blanco, cuyo único equipo normalizado comprende un deseo de venganza insaciable, que hiela la sangre a cualquiera y destruye todo aquello que se encuentra en su camino. Seduce a Arnie Cunninghan, un chaval de 17 años, a quien consume la pasión por esas líneas estilizadas, redondeadas...

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